La Selección Chilena de Fútbol enfrenta una alarmante escasez de goleadores, una realidad que contrasta con la época dorada de figuras como Zamorano y Salas, Chupete Suazo o el prime de Eduardo Vargas.
Esta carencia de goleadores se hizo evidente en las Eliminatorias para el Mundial 2026, donde Chile apenas anotó 9 goles en 18 partidos.
En el Campeonato Nacional, pocos chilenos figuran entre los máximos artilleros, y los que lo hacen no son delanteros centro clásicos. La Roja necesita urgentemente un "killer" o un "nueve" puro.
La raíz del problema radica en la mala formación de menores. En la búsqueda de tecnificar y crear "máquinas" de jugar fútbol, se ha perdido la esencia del juego callejero y la diversión. Se insiste en evitar que los goleadores sean "laucheros" y se busca que sean más completos y versátiles, en lugar de potenciar su instinto goleador.
¡El fútbol necesita el "Empuja Balones" que tanto evitan!
El ejemplo de Pep Guardiola y Erling Haaland es revelador. Guardiola, a pesar de su filosofía de posesión, no lograba la Champions League hasta la llegada de Haaland, un goleador puro que, aunque no se ajustaba a sus principios, fue clave para el éxito. El noruego, un "tanque" letal, generaba una constante preocupación en las defensas rivales, liberando a otros jugadores.
El fútbol se gana con el "Grito Sagrado del Gol", pero pocos se dedican a formar goleadores. Chile sigue dependiendo de talentos excepcionales como Vidal o Alexis, en lugar de cultivar jugadores con el instinto goleador de leyendas como Carlos "El Tanque" Campos, Esteban Paredes, o el actual Fernando Zampedri.
La formación actual no está generando los delanteros centro que el fútbol moderno demanda, dejando al país a la espera de un "milagro genético". ¿Cuesta mucho formar un Haaland chileno?