La fe de Racing para romper el muro y meterse en semifinales después de 28 años

Los goles de Maravilla, la solidez defensiva y la pasión de Costas sostienen la ilusión de la Academia para la revancha ante Vélez en el Cilindro.
Créditos de la imágen: Racing Club

Racing comienza a vivir una semana especial. Las noches de copa en el Cilindro encienden al público y predisponen al equipo a jugar con otro vigor. La pasión que transmite Gustavo Costas. La voluntad inquebrantable de sus jugadores, que en la Libertadores se ponen el traje a medida para soñar con la final de Lima.

La ilusión está fundamentada en el coraje que este equipo supo exhibir. En la batalla de Liniers mostró bravura, supo resistir y contó con la astucia de Maravilla Martínez. En duelos como los que plantea el goleador histórico de Racing en torneos internacionales, hay que saber entrar y hay que saber salir. Maravilla lo sacó del ring a Lisandro Magallán. Y resultó clave.

Racing tiene en su goleador (18 goles en copas internacionales), una carta que quizás Vélez no pueda mostrar. Aunque con Maxi Salas haya perdido a su complemento, bastará que el equipo lo busque en el área para que él saque ventajas. Siempre agazapado para aventajar a su marcador.

El juego que mejor le sale a Racing es atacar. Y no necesita elaborar demasiado para llegar al gol. Cuando recarga en ataque encuentra respaldo en mediocampistas (Nardoni o Almendra), laterales que son profundos y esa otra opción de ataque que en la ida fueron Solari y Martinera, pero que podrían ser Balboa, Vergara y hasta Conechny.

La idea de tener más la pelota hoy es sólo propiedad de Agustín Almendra, pero éste no resiste el ritmo y termina reemplazado. Antes esa cualidad se la daba Juanfer Quintero. Y hoy podrían parcialmente involucrarse en ese aspecto Vietto o Zaracho, pero ambos bajaron su nivel respecto a sus pasos anteriores por Racing.

Otro punto clave en el que Racing puede apoyarse para soñar con las semifinales es la solidez defensiva que muestra el equipo. Para ello, la inteligencia táctica para achicar espacios y ganar los duelos de Santiago Sosa es clave. Si esta versatilidad para ser líbero que le encomendó Costas a Sosa lo hubiese hecho otro entrenador, estaríamos resaltando el hallazgo táctico. Y lo es. Por eso a veces Racing juega con tres centrales y a veces Sosa es el tercer mediocampista. Racing, como Sosa, se acomodan de acuerdo con lo que el partido necesite.

Entre los aciertos para darle mayor poder en el juego aéreo fue la apuesta por Pardo y Colombo, que desplazaron a Di Césare y García Basso respecto a la base del campeón de la Sudamericana.

La decisión más fuerte que Costas debió tomar para esta instancia fue sacar a Gabriel Arias: capitán, referente, consagrado, figura muchas veces. Los últimos rendimientos del arquero neuquino, como el gol de Peñarol en Montevideo, dejaron alguna duda sobre su determinación para salir. Cambiar al arquero antes de una instancia de cuartos de final no era sencillo, sacar al capitán mucho menos. La apuesta por Facundo Cambeses, con actuación destacada frente a Huracán el viernes por el Clausura, demuestra que la intuición a Gustavo no le falló. En el Amalfitani tuvo un par de tapadas decisivas frente a Michael Santos y Matías Pellegrini, y arriesgó bastante en las salidas utilizando los puños.

En definitiva, la Academia tiene argumentos sólidos como para conservar la ventaja y volver a ser semifinalista de la Libertadores después de 28 años. Tiene hombres, tiene pertenencia, tiene pasión. Y en este tipo de situaciones, aunque el juego no aparezca, son virtudes que te permiten soñar en grande