Fue un campeonato cargado de emociones, donde el asturiano no solo se consagraría como el mejor piloto del mundo en la máxima competición del automovilismo, sino que también cortaría la racha aplastante de triunfos de Michael Schumacher, que ya venía con cuatro títulos consecutivos.
Fue justamente en Brasil, donde un joven Fernando Alonso de 24 años celebró un título que había trabajado a lo largo de un año emocionante a bordo de su Renault R25. Tuvo siete victorias con 15 podios y con uno de los registros más importantes de la historia para demostrar por qué había llegado y, además, ponerle "color" a una competencia que se había vuelto casi predecible ante el poderío de Schumacher.
El asturiano recordó en el diario Marca cuál fue la clave del éxito de aquella temporada: “velocidad y fiabilidad fueron nuestras principales armas. Para pelear por el título mundial primero, y sobre todo, necesitas poder terminar en el podio en cada carrera”.
De aquel tercer puesto en la carrera de Interlagos, Brasil, que lo consagró como campeón mundial y de sus dos títulos en la máxima categoría, Alonso se retiró y regresó a la F1, atravesando hoy un presente que lo tiene en una de las peores temporadas desde su vuelta en 2021. Sólo ha sumado 30 puntos en total y lleva 11 carreras de 17 sin puntuar con Aston Martin. Es el mismo piloto quien aseguró que sus objetivos ya pasaron para 2026, donde aseguró que si cumple con un buen año deportivo, podría ser el momento de retirarse definitivamente de la Fórmula 1