Jueves de emociones fuertes y encontradas el que vivió Maximiliano Salas en Rosario. El delantero fue protagonista absoluto: marcó el único gol con el que River eliminó a Racing y se metió en semifinales de la Copa Argentina, nada menos que frente al club donde supo destacarse.
La noche tuvo de todo. Durante el encuentro, Salas fue hostigado por la hinchada académica, aunque jamás respondió y hasta evitó gritar su gol como gesto de respeto. Antes del inicio, incluso se había saludado con cada uno de sus ex compañeros y con Gustavo Costas, entrenador con el que mantiene una buena relación.
Tras el partido, el correntino también intervino para intentar calmar los ánimos cuando Marcos Acuña, otro ex Racing, protagonizó una serie de cruces con jugadores, hinchas y hasta miembros del cuerpo técnico de la Academia.
Sin embargo, Salas también aprovechó el momento para apuntar contra la dirigencia encabezada por Diego Milito. “Se portaron muy mal conmigo”, disparó en zona mixta, dejando en claro que su salida de Avellaneda todavía le deja un sabor amargo.
De todas formas, el propio delantero buscó bajar la tensión y separar las cosas. “Siempre con respeto a la gente. Lo que pasó, ya está, ya pasó. Hay que olvidar eso. Agradecido a la gente siempre. Por más que estén enojados conmigo, yo estoy agradecido a ellos, a Gustavo (Costas), que siempre me bancó”, aclaró.
La mala noticia para River llegó después. El Tribunal de Disciplina de la AFA decidió sancionar a Salas con dos fechas de suspensión por su expulsión en la derrota ante Deportivo Riestra, donde habría insultado al asistente Pablo Gualtieri.
Pese a ello, la dirigencia del Millonario planea apelar la sanción para intentar reducirla. Así, el delantero solo se perdería el partido ante Rosario Central y podría estar disponible frente a Sarmiento.