¡Fracaso histórico! La Sub-20 de Chile se hunde en casa y expone la crisis del fútbol nacional

La eliminación de La Roja Sub-20 en su propio territorio no es solo una derrota, es una verguenza que quedará grabada en la memoria del balompié chileno.
Juan Rossel después de perder contra México (1-4), durante el Mundial Sub 20, en octavos de final, en el Estadio Elias Figueroa Brander, en Valparaíso, Chile, Martes 7 de Oct de 2025 (AP Photo/Andre Penner/TT) XNP159

Si bien la superioridad de México era innegable, la forma en que se consumó la debacle, la goleada humillante y la alarmante falta de autocrítica de jugadores y cuerpo técnico, transforman este revés en uno de los más vergonzosos de nuestra historia reciente.

México, llegaba con credenciales de peso. Su segundo lugar en el Grupo C, superando a potencias como España y Brasil, y su victoria ante el líder Marruecos, ya presagiaban un duelo complicado. El talento individual de sus jóvenes figuras, lideradas por el prodigio de 16 años Gilberto Mora, quien ya está en la mira de los clubes más grandes de Europa, hacía de los Aztecas los favoritos indiscutibles.

A pesar de la jerarquía del rival, La Roja tenía la obligación de hacer valer su localía. Al menos, se vendiera cara la derrota.

Sin embargo, lo que se vio en el campo fue una escuadra chilena superada durante los 90 minutos. Los dirigidos por Nico Córdova fueron incapaces de conectar pases, asociarse, y sufrieron un gol en contra a los 26 minutos que selló su destino. México controló el trámite, la posesión y nunca vio peligrar su pase a cuartos de final.

Las estadísticas son lapidarias y reflejan una realidad preocupante: Chile disputó 4 partidos, ganó solo 1 (de forma milagrosa) y perdió 3, anotando 4 goles y recibiendo 9 en contra. La clasificación a la siguiente fase se obtuvo sólo por una amarilla mostrada fuera de la cancha. Detalles que evidencian la fragilidad de un proyecto de dos años.

La eliminación de la Sub-20 es un grito de alerta. El fútbol chileno sigue sumido en un profundo hoyo, sin recambio generacional, sin mejoras en la formación de nuevos talentos y con la creciente certeza de que unos pocos manejan los hilos de la gran mayoría del balompié nacional. Es hora de una autocrítica profunda y de tomar medidas urgentes para sacar a La Roja de esta crisis.