Básquet peruano: Una crisis que no deja de rebotar

En medio de una lucha burocrática que no se termina de entender, el baloncesto peruano se estanca y el panorama se complica cada vez más.
Basketball basketball official ball (Photo by Savino Paolella/IPA Sport / ipa-agency.net/IPA/Sipa USA) TT

El básquet peruano lleva casi siete años intentando encestar su renacimiento pero la pelota sigue rebotando en el mismo lugar: La burocracia contaminada por intereses personales. Desde la sanción en 2018 que no le permitió al país participar en los Panamericanos del 2019 en esta disciplina y luego la desafiliación de la FIBA en 2021, el deporte de la canasta en Perú vive en un limbo que parece no tener fin.

La problemática se generó debido a la ilegitimidad de la antigua junta directiva y al irregularidades con SUNARP. A inicios del 2025, la promesa de la Federación fue que el problema se resolvería, sin embargo han transcurrido más de nueve meses y hasta ahora el IPD no reconoce a la junta directiva electa de Víctor Cisneros. Por lo tanto, no hay RENADE, ni inscripción en Registros Públicos y por ende la vuelta a FIBA no existe como escenario.

Mientras todo eso ocurre, la esperanza de ver a la bicolor en el básquet bolivariano de Lima - Ayacucho 2025 se esfuma y lo que es más doloroso, no por falta de talento sino porque los deportistas que quieren defender la camiseta nacional, deben esperar a que un grupo de personas, desde los escritorios, se pongan de acuerdo y resuelvan el problema.

El básquet peruano no requiere más discursos de reactivación, necesita dirigentes que entiendan que la credibilidad se construye con hechos y que cada día que pasa sin que se formalice la federación es un triple fallado contra nuestro propio futuro deportivo.

Por ahora toca seguir esperando, pero viendo a la vez como el reloj corre y los demás siguen jugando da la sensación que esta situacion no tiene arreglo inmediato.