Marcelo Gallardo atraviesa uno de los momentos más complicados desde su regreso a River. El equipo sumó su cuarta caída consecutiva en el Torneo Clausura —esta vez 1-0 ante Sarmiento en el Monumental— y el ambiente en Núñez comienza a tensarse. La derrota no solo golpeó al plantel, sino que provocó la reprobación del público, que se hizo sentir con cánticos de disconformidad.
El entrenador, sin embargo, fue claro en su postura: “Acá, yo no vengo a vivir del pasado. Podría disfrutar de otras cosas y de la vida, pero me gustan los desafíos. Mi desafío es permanente, conmigo como persona y como entrenador”, afirmó en conferencia de prensa tras el encuentro.
Gallardo, símbolo indiscutido por los éxitos conseguidos en su primera etapa, también fue consultado por la influencia de su figura en la decisión dirigencial de mantenerlo en el cargo. “Yo me pongo objetivos todo el tiempo, no vengo a vivir gratis acá. Dijeron que tengo una espalda gigante, y no, tengo una espalda que me identifica con la gente por lo que vivimos juntos”, respondió.
En tono autocrítico, el DT reconoció que el presente del equipo no es bueno: “Hay que reconocer que no estamos bien, y seguir. Si tenemos los argumentos, tendremos que mostrarlos. Las cosas están sobre la mesa. Tenemos que hacer otro mérito para lograr los objetivos y somos conscientes de ello”.
Pese al mal momento, Gallardo pidió mantener la fortaleza y la dignidad: “Hay que afrontar esto con responsabilidad y seguir intentando. No estamos bien, pero los objetivos siguen al alcance. Vamos a tener que hacer mucho mérito, pero están ahí”, subrayó.
Finalmente, el entrenador se refirió al tramo final del año y a los desafíos que le restan a River. “En estos dos meses quedan dos partidos de Copa Argentina, en el torneo seguimos en la pelea y todavía está el Superclásico con Boca. No queda otra que seguir hasta registrar dónde están las falencias por las que hoy no nos representamos como equipo. No hay excusas”, cerró.
