Los dirigidos por Gustavo Álvarez dominaron el balón y el trámite del partido, pero la ausencia de un "9" de área se hizo sentir. La zaga de Lanús, impenetrable, no sufrió mayores sobresaltos. De hecho, el primer golpe lo dio el "Grana" con un golazo de otro partido: Rodrigo Castillo, aprovechando un error defensivo chileno, clavó un misil desde 40 metros en el ángulo, dejando sin opciones al adelantado Gabriel Castellón.
Cinco minutos de lucidez le bastaron a Lanús para sentenciar la primera parte. Un doblete de Castillo, la figura indiscutible del encuentro, dejó el marcador 2-0 a los 29 minutos. El panorama era desolador en un Nacional sin público, y el fantasma de la eliminación comenzaba a rondar.
Pero la esperanza estaba en el banquillo. A los 63 minutos, Lucas Di Yorio, recién ingresado, se puso la capa de héroe y, luego de un error del arquero Losada, descontó para los azules, acortando la brecha a solo un gol. La U, con un delantero de área que inquietó a la defensa liderada por Izquierdoz, cambió su semblante.
Cuando el partido exhalaba su último aliento, una mano antinatural en el área, lego de un corner, fue decretada como penal por el colegiado brasileño Daronco. La pena máxima, capitalizada con maestría por Charles Aránguiz, desató la euforia en el banco azul y mantuvo vivo el sueño copero.
Gustavo Álvarez muestra una idea de juego clara y un buen trabajo colectivo, pero la falta de profundidad sigue siendo un problema recurrente, evidenciado ya contra Alianza Lima y ahora frente a Lanús. Es hora de que Di Yorio se gane la titularidad.
La revancha será en Argentina, en el Estadio Néstor Díaz Pérez, que se transformará en una caldera sin hinchada visitante. La U tiene una última bala, y la disparará con el corazón. ¡A dejar la vida en la cancha!
