La llave contra el Granate argentino prometía ser épica, y lo fue... pero por las razones equivocadas. Tras un empate en la ida en Santiago, la vuelta en Argentina se definió con un solitario gol de Rodrigo Castillo que, según los expertos y la hinchada, ¡JAMÁS DEBIÓ SUBIR AL MARCADOR!
La polémica arrancó al minuto 5. Agustín Cardozo de Lanús protagonizó una entrada CRIMINAL sobre Javier Altamirano, a pocos metros del árbitro Herrera. ¿El resultado? ¡Solo una tarjeta amarilla! Hubo comunicación con el VAR, sí, pero la decisión fue perdonarle la vida al agresor con un "es la última, la próxima te echo". ¡IMPERDONABLE! ¿Se imaginan a la U con un hombre más durante 85 minutos? El partido habría sido otro. ¿Qué escucharemos cuando liberen los audios del VAR?!
El encuentro fue parejo, con goles anulados correctamente por ambos lados, pero el minuto 62 trajo el clímax de la injusticia. La U atacaba, pero tras una mano de Toto Salvio que el árbitro ignoró, Lanús montó un contraataque letal que terminó en el gol de Castillo. El VAR revisó y revisó, pero de forma ABSOLUTAMENTE INEXPLICABLE, lo dio por válido. ¡LA INDIGNACIÓN AZUL FUE TOTAL!
El pitazo final desató la furia de los jugadores azules, que protagonizaron un intento de batalla campal con sus colegas argentinos. Afortunadamente no pasó a mayores, pero el espectáculo fue lamentable y reflejó la impotencia de un equipo que se sintió ROBADO.
La "Desdicha Azul" es el sentimiento que hoy embarga a los hinchas, quienes ven frustrada una final de Copa Sudamericana contra un viejo conocido: ¡Jorge Sampaoli!
No se trata de merecimientos, porque la llave fue pareja, pero el equipo arbitral DESEQUILIBRÓ LA BALANZA de la forma más cruel posible.
¡La U clama justicia! ¿Habrá sanciones? ¡Comparte si crees que fue un ROBO!
