La locura de la NFL se vivió a pleno en el Santiago Bernabéu, con los himnos de España y Estados Unidos retumbando en un estadio colmado que, en menos de 72 horas, experimentó una transformación histórica. Los Miami Dolphins y los Washington Commanders se enfrentaron en un encuentro que paralizó Madrid, España y buena parte del mundo deportivo. Aquí te contamos los detalles de una jornada sin precedentes en Europa.
Los Dolphins se llevaron el histórico Madrid Game al vencer 16-13 a los Commanders, en un duelo que necesitó una prórroga y un field goal decisivo de Riley Patterson para romper la igualdad. Con casi 80.000 espectadores, el Bernabéu vivió una noche única que confirmó el impacto del desembarco de la NFL en territorio español.
Washington sorprendió al contener durante gran parte del partido a la ofensiva de Miami, que estuvo lejos de su mejor versión y apenas convirtió 3 de 11 terceros/cuarto downs. Aun así, los Dolphins encontraron la zona de anotación recién en el último cuarto. Del lado de los Commanders, Marcus Mariota dejó una de las jugadas más espectaculares del encuentro con una carrera de 43 yardas en un tercero y nueve, apenas minutos después de haber sido evaluado por una posible conmoción. Pero la precisión de Miami en el momento decisivo terminó inclinando la historia.
Zidane, testigo de una noche histórica
La velada abrió con la interpretación del himno estadounidense a cargo de Karina Pasian, que hizo vibrar el Bernabéu antes del primer partido oficial de la NFL en España. En el palco convergieron figuras como Florentino Pérez, Isabel Díaz Ayuso y Zinedine Zidane, uno de los invitados más observados de la noche.
Durante un breve intercambio, Zidane solo necesitó una frase para resumir lo que veía: el nuevo estadio le parecía “impresionante”. Sus palabras reforzaron la idea de que el remodelado Bernabéu se ha consolidado como un escenario de élite capaz de albergar eventos de esta magnitud. Aunque algunos aficionados quisieron leer aquel comentario como un guiño a un posible regreso, ni el club ni el técnico contemplan esa posibilidad por ahora.
La transformación del Bernabéu: una proeza técnica
El Santiago Bernabéu vivió en estos días una metamorfosis pocas veces vista. Acostumbrado a recibir a los mejores equipos de fútbol del mundo, el estadio fue sometido a una reingeniería acelerada para albergar a los Miami Dolphins y los Washington Commanders en este primer Madrid Game.
El primer desafío fue adaptar el campo: el terreno de la NFL es más largo y sensiblemente más estrecho que el del fútbol. Esto obligó al Real Madrid a plegar varias hileras de asientos mediante las estructuras móviles incorporadas en la última reforma. Esa maniobra aportó los metros necesarios para encajar el nuevo diseño.
Luego se procedió a pintar el campo, marcar las end zones y las líneas de yardas, además de instalar los postes amarillos de casi nueve metros que reemplazan a las porterías tradicionales. El contraste visual entre el antes y el después fue sencillamente impactante.
Hubo también preocupación por el estado del césped, especialmente ante el peso constante de los jugadores de la NFL —muchos de ellos superan los 100 kilos— y la posibilidad de que eso deteriorara la superficie. Para anticiparse, el club tenía preparado un tapiz mixto de refuerzo cultivado específicamente para ser instalado en caso de daños severos.
La transformación no se limitó al campo. Cada franquicia de la NFL viaja con cerca de 53 jugadores, además de entrenadores, asistentes, médicos, analistas y utileros. En total, alrededor de 100 personas por equipo, una cifra muy superior a los 25 o 30 integrantes habituales del fútbol europeo. Para recibirlos, el Bernabéu habilitó vestuarios suplementarios y adaptó salas operativas en distintos niveles del estadio.
Seguridad reforzada
El operativo de seguridad reprodujo el estándar que se aplica en Estados Unidos. Hubo controles exhaustivos en los accesos, revisión manual de objetos permitidos y un filtro previo más lento para garantizar el cumplimiento de los protocolos de la NFL.
Además, se implementó un control perimetral que cercó completamente el estadio e impidió el paso a personas sin entrada o acreditación. Los alrededores quedaron totalmente restringidos, mientras que la Policía Municipal de Madrid desplegó a más de 400 agentes para asegurar el orden y la logística del evento.
Con el pitido final, quedó claro que lo vivido en el Bernabéu trascendió el marcador. Madrid abrió sus puertas a un espectáculo que desbordó fronteras y confirmó que el deporte, cuando encuentra el escenario adecuado, puede reinventarse sin perder esencia. El Madrid Game no solo marcó un hito para la NFL en Europa: inauguró una nueva era para un estadio que ya no entiende de límites y para una afición que descubrió otra forma de vibrar en una noche irrepetible.
