Alianza Lima volvió a levantar el trofeo de la Liga Femenina 2025 resistiendo un contexto de polémicas y sacando adelante un resultado global de 5-3 sobre Universitario. Con goles de Yomira Tacilla y Neidy Romero se coronaron bicampeonas en VIDU.
Una final con polémica
La controversia empezó en la previa. Universitario eligió el complejo VIDU de Lurín como sede para la vuelta, decisión que en Alianza se consideró inadecuada por su cercanía a Campo Mar, recientemente sancionado, y por las condiciones del escenario para albergar una final nacional.
Minutos antes del inicio del partido, parte de la delegación victoriana, encabezada por Sisy Quiróz, tuvo problemas para ingresar a una zona del recinto y terminó en un cruce de empujones y reclamos con la policía. Afuera también se reportaron incidentes, situación que Alianza ha decidido denunciar formalmente.
Con la ventaja 3-1 de la ida, las blanquiazules saltaron al campo con la idea de golpear temprano para apagar una remontada crema. A los 27 minutos, Yomira Tacilla recibió un pase de la 'Peque' Flores sobre la espalda de la defensa, en el mano a mano con la arquera Gabriela Bórquez, la chilena llegó a desviar el primer remate, pero dejó la pelota tras sentirse. Tacilla firmó el 1-0 que, en ese momento, parecía encaminar el título.
Frente al resultado, el técnico Andrés Usme vivió una situación de tensión que terminó con su expulsión a los 32 minutos.
VAR protagonista y reacción crema
En el cierre del primer tiempo, un gol de Alisson Reyes fue anulado por el VAR por fuera de juego, decisión que alimentó aún más la sensación de nervios en el partido. Poco después, la tecnología volvió a intervenir, esta vez a favor de Universitario: se sancionó penal por falta de Sofía Olivera sobre Scarleth Flores.
Desde los doce pasos, Catalina Usme no falló y puso el 1-1 justo antes del descanso. El empate parcial encendía la esperanza crema, pero el global seguía 4-2 para Alianza.
Romero acerca la corona, Flores no se rinde
En el segundo tiempo, el duelo se quebró por momentos, con imprecisiones, interrupciones y muchos reclamos. Universitario adelantó líneas obligado por el resultado, mientras Alianza apostó a la contra y a aprovechar cualquier error en salida.
El golpe que terminó de inclinar la balanza llegó a los 82 minutos. Una mala salida de Universitario dejó el balón en los pies de Neidy Romero, que nunca dudó: remató en seco desde fuera del área como una atacante más, recordando sus inicios en Alianza: 2-1 para las íntimas. Era el 5-2 en el global y la sensación de que el título ya tenía nombre y apellido.
Aun así, Universitario no bajó los brazos. En el 90+1’, Kimberly Flores aprovechó un descuido en área blanquiazul y marcó el 2-2 definitivo.
El peso de un bicampeonato
Con el pitazo final, Alianza Lima cerró una temporada en la que volvió a mostrarse como el equipo más consistente del campeonato, respaldado por un proyecto que ya tiene sello propio bajo la dirección de José Letelier y la dirección deportiva de Sisy Quiroz.
El técnico chileno, ya instalado en la historia íntima por su pasado como ex futbolista, destacó que no siempre se puede ganar todo, pero sí se puede sostener un trabajo honesto en un club que apuesta de verdad por el fútbol femenino. También recordó que hay otros equipos que vienen invirtiendo y empujando la liga hacia arriba, pero que las finales deben estar a la altura de ese esfuerzo.
El otro partido: el del fútbol femenino peruano
Tras el título, el discurso se movió rápidamente del resultado al contexto. No solo Letelier fue contundente al decir que un escenario como VIDU no está a la altura de una definición nacional y que ese entorno “no dignifica ni a las jugadoras ni al fútbol femenino peruano”, en la misma línea, Sisy Quiróz subrayó que disputar una final “prácticamente a escondidas”, en un recinto donde las jugadoras no pueden ser visibles como merecen, frena el crecimiento de la liga.
Entre lágrimas, abrazos y reclamos, Alianza Lima se fue de VIDU con una certeza: el bicampeonato ya es suyo, pero la batalla por un fútbol femenino más visible, continúa.
