Partido de pura presión para el Madrid, con la cabeza de Xabi Alonso en la guillotina. Más allá de que el Merengue no terminó de convencer, tuvo algunos pasajes donde mostró buen paso y otros en los que se quedó mirando el partido. Se destacaron los desbordes de Vinicius Jr. y Rodrygo, sobre todo el segundo que viene con una racha bárbara y está en un gran momento, teniendo que correr por sus compañeros de ataque en más de una ocasión. Por encima de todos la figura siempre es el delantero francés Mbappé.
El 1-0 llegó con una jugada de contra: dos pases verticales y gol. Rüdiger la tocó para Bellingham y el inglés dejó a “Kiki” en la zona izquierda del arco, en su lugar preferido, para que la metiera al ángulo. Pero antes y después de esa acción, el que tenía las cosas más claras era el equipo del Chacho Coudet. Más allá de ponerse arriba en el marcador, la Casa Blanca sigue sin encontrar el rumbo, sin una idea clara de juego. El mediocampo con Tchouaméni, Güler y Bellingham era nulo, y en el entretiempo tocaba meterle mano porque el primer tiempo cerró con la postal de siempre: Courtois salvando el resultado con su rostro y el Madrid metido atrás con todos.
El empate del Alavés apenas arrancó el complemento dejó en evidencia una defensa adelantada pero desprolija, con Rüdiger enganchado y lejos de poder tapar el agujero. El problema del medio quedó expuesto en el flojo partido de Bellingham y en que Güler, la joyita turca, se perdió durante largos pasajes.
Tenía que aparecer Vinícius para desequilibrar y así fue: se fue por derecha, se lo comió a Jhonny Otto con velocidad pura y lo dejó de cara al gol a su compatriota.
La mejora ofensiva, bancada en los chispazos individuales de los delanteros, le da aire a Xabi Alonso y alimenta la ilusión de que con los tres ases de arriba alcanza para ganar la partida de turno.
