La pérdida de la posibilidad de disputar la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026 tras perder la llave de muy mala forma ante Sporting Cristal, dejó un sabor muy amargo en tienda aliancista pero a la vez, un deber de comenzar a tomar decisiones que permitan obtener resultados diametralmente opuestos el próximo año.
La primera de ellas fue el cambio de técnico, a pesar de haber anunciado la renovación de Néstor Gorosito dos meses atrás en una conferencia de prensa, el resultado final de la temporada, llevó a la dirigencia a cambiar su decisión. Se cesó el contrato con el DT del 2025 y se contrató a Pablo Guede. Entrenador argentino con pasado en el fútbol mexicano y cuyo máximo logro en la hoja de vida data del 2017 cuando logró el título con Colo Colo en Chile. La disciplina y meticulosidad en la táctica son sus principales cartas de presentación y lo que buscan sea una marca registrada en el Alianza del 2026.
Además, si de algo adoleció el equipo este año fue de generación. En ese sentido, se buscó un jugador polifuncional con capacidad de superar marcas en el uno contra uno y que pueda aportar en la construcción de jugadas de ataque. En ese contexto apareció el nombre de Jairo Vélez, hombre que puede servirle como volante, extremo o delantero al nuevo comando técnico. Llega de la vereda de enfrente en una transacción que sin duda fue un golpe duro en el mercado.
Finalmente ante la partida de Hernán Barcos, era obligación contratatar un ‘9’. Fue entonces que se anunció la llegada de quien por ahora es el delantero peruano con mejor presente en el extranjero. Luis Ramos llega procedente de América de Cali a competir por el puesto con Paolo Guerrero.
En principio, Franco Navarro, director deportivo del club y su equipo de trabajo, están en búsqueda de un lateral derecho y un delantero más para cerrar la plantilla de cara al próximo año en el que tendrán que buscar el título y el pase a la fase de grupos de la libertadores comenzando en la Fase 1.
