La excelencia como norma: los protagonistas de la “dulce ciencia” en 2025

Terence Crawford celebra tras derrotar a Canelo Álvarez por decisión unánime en una pelea por el campeonato indiscutido del peso supermediano en Las Vegas. Foto: David Becker - AP Photo/TT

Son varios los púgiles que han tenido un año fantástico a nivel mundial, pero hay dos nombres que destacan claramente por encima del resto. El primero es Naoya Inoue, el fenómeno nipón apodado “El Monstruo”, quien obtuvo tres victorias en igual número de combates durante este 2025. En los próximos días, el japonés intentará cerrar su extraordinaria temporada enfrentándose al mexicano David “El Rey Picasso” Picasso en Riad.

Más allá de los triunfos, lo que ha elevado a Inoue a un estatus especial es la claridad y contundencia con la que los ha conseguido. Su rendimiento lo ha llevado a postularse ya como uno de los mejores púgiles asiáticos de toda la historia. Su récord habla por sí solo: 31 peleas, 31 victorias y 27 nocauts.

El otro nombre ineludible es Terence Crawford. Su única pelea del año fue un acontecimiento de proporciones épicas. Al mejor estilo de Roberto “Manos de Piedra” Durán, “Bud” dio un salto abrupto de dos categorías para derrotar al todopoderoso Saúl “Canelo” Álvarez, ofreciendo una actuación que rozó la perfección desde el punto de vista estratégico.

Su victoria le valió el reconocimiento universal y el respeto absoluto de sus colegas sobre el cuadrilátero. La conquista del boxeador de Omaha fue tan significativa que, tras ese combate, decidió anunciar su retiro del boxeo profesional, argumentando que ya no tiene nada más que demostrar.

Para nosotros, tras lo dejado por este 2025, el ranking libra por libra de los mejores boxeadores del mundo queda establecido de la siguiente manera:

  1. Terence Crawford
  2. Naoya Inoue
  3. Oleksandr Usyk
  4. Dmitry Bivol
  5. David Benavidez
  6. Jesse Rodríguez
  7. Shakur Stevenson
  8. Junto Nakatani
  9. Artur Beterbiev
  10. Saúl Álvarez

El boxeo siempre ha vivido de nombres propios, y el 2025 no fue la excepción. Crawford llevó el riesgo al límite y salió indemne, dejando una actuación que ya pertenece a la memoria histórica del deporte. Inoue, en tanto, siguió construyendo su legado con una contundencia que lo acerca a la eternidad. Dos estilos, dos caminos distintos, pero un mismo destino: marcar una era. El ring, una vez más, fue testigo de quiénes estaban realmente hechos para la grandeza.