Finalizada la semana que marcó el cierre de los cuartos de final de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana, corresponde analizar en detalle el rendimiento de los equipos argentinos en esta fase decisiva.
Conviene iniciar por el conjunto que escribió una página memorable e inscribió su nombre en la historia: Lanús. El elenco granate consiguió una igualdad en el Maracaná que derivó en la eliminación de Fluminense y en la salida de su técnico, Renato Portaluppi. Resistió más de una hora bajo presión y aprovechó un descuido en la defensa rival para marcar el empate, sellando la clasificación gracias al triunfo obtenido en la ida como local.
El máximo representante copero del país en los últimos años es el Racing de Costas, reconocido como un equipo con identidad propia. Supo eliminar a Peñarol y someter a Vélez Sarsfield en una primera mitad arrolladora, para luego liquidarlo en el complemento gracias al jugador ícono de la Academia, Adrián “Maravilla” Martínez. La fortaleza colectiva y la inteligencia para encarar los duelos directos lo posicionan como candidato, incluso teniendo enfrente en semifinales al imponente Flamengo.
Estudiantes mostró un nivel competitivo frente a Flamengo en gran parte del encuentro. Con la eliminatoria emparejada en el resultado global y debido a la falta de precisión, el conjunto carioca logró llevar la definición hasta los penales, instancia en la que Agustín Rossi volvió a ser protagonista excluyente. En un fútbol donde las formas parecen quedar en segundo plano, el Pincha se marchó ovacionado por su gente a pesar de la eliminación.
El epílogo corresponde al River de Gallardo, que durante una hora desplegó un juego esperanzador y eficaz, pero terminó repitiendo viejos fantasmas de encuentros pasados: goles sufridos a través de pelotas paradas y sustituciones que no solo no potencian al equipo, sino que tampoco alcanzan para sostener el rendimiento. Llegó la hora de revisar los refuerzos y replantear la estrategia de incorporaciones de cara al próximo mercado de pases.
