El profe perdió la carpeta: "Muñeco" sin muñeca

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Un Gallardo que vuelve a fallar en los momentos decisivos, algo impensado en su etapa anterior, cuando sus equipos representaban seguridad y temple en las situaciones límite. Hoy, en este presente gris, la realidad es otra: no solo fracasa en las instancias decisivas, sino que además está deteriorando la imagen del club con caídas en casa ante adversarios como Sarmiento o Riestra.

“Nos queda analizar si en estos últimos 45 días podemos aferrarnos al campeonato, que es la única oportunidad para revertir un año completamente adverso. Luego evaluaremos cómo finalizamos la temporada y tomaremos las decisiones que correspondan. Es así y punto”.

Algo nunca visto en el técnico es que haya puesto en duda su continuidad. A eso se le suma un mensaje cargado de insinuaciones al afirmar: “En este momento de mierda, acá afuera no habrá alguien para darte un abrazo”. Desde esas palabras surgen las conjeturas sobre qué sector de la dirigencia fue el destinatario de esa frase, es decir quien lo dejó solo.

Cada vez gana más fuerza el argumento habitual del hincha en sus críticas. Y con motivos: los cien millones invertidos comienzan a pesar. A ello se añaden los cuestionamientos a las decisiones de Gallardo durante la eliminación de River en las semifinales de la Copa Argentina: reemplazar a Juanfer Quintero, el único que generaba peligro, y también sacar del partido a Maxi Salas, quitándole confianza, para darle ingreso al discutido Miguel Borja.

Resulta evidente que, a partir de sus declaraciones, el técnico ha decidido apostar todo al campeonato local, su última oportunidad para enderezar el rumbo. No obstante, el deterioro de su imagen parece ya imposible de revertir. Cabe recordar que, esta semana, la LDU expuso las debilidades de un Palmeiras que había vapuleado a este River, lo que volvió a darle mayor relevancia a la reciente eliminación en la Copa Libertadores. Además, algo impensado en otros tiempos, el vestuario ya no muestra la misma sintonía con el entrenador, un hecho sin precedentes en su gestión.