El partido del año. El partido del morbo. Salas versus Racing. Uno en las semifinales de la Libertadores. El otro golpeado. A pesar de los contrastes, para River será un juramento. Y un consuelo. Para Racing, la oportunidad de profundizar la crisis del rival.
Si no se tratase de Marcelo Gallardo, una derrota pondría en duda la continuidad del entrenador.
River arrastra 4 derrotas consecutivas, con formas futbolísticas a años luz de las mejores creaciones del Muñeco. Pero más allá que Gallardo continuará ocupando la centralidad del club, una eventual derrota pondrá de manifiesto qué grado de afinidad hay entre el mensaje del entrenador y su plantel.
El técnico recurrió a todos los sistemas y a todos los nombres. Pocos han logrado imponerse. Llegaron futbolistas en los últimos mercados y no fueron solución. Es por ello que todavía sobreviven los héroes de Madrid.
Maxi Salas jugará un partido aparte. Recibirá, cada vez que toque la pelota, la reprobación de los hinchas de Racing. Las formas que eligió el delantero para pasar de un club a otro en la cultura de los hinchas es imperdonable. Y algunos de los jugadores de Racing (sobre todo los que no compartieron vestuario con él en la Academia), le harán sentir el rigor. Salas sabe, como su ex socio Maravilla, cuándo saber entrar y cuándo salir de la escena del conflicto. Para River será vital que mantenga la templanza, sobre todo si Gallardo vuelve a apostar por él como único delantero.
Racing llega con el ánimo muy alto, pero también con algunas secuelas de tantas batallas. Nardoni será baja y Solari está recuperándose de una lesión muscular. Los acompañantes de Maravilla Martínez aún no pudieron ganarse un lugar. Ni Vergara ni Conechny tienen el nivel esperado.
La vuelta de Rojo (jugó 82 minutos en los últimos 114 días), será importante en la pelota detenida en ofensiva. Hasta podría ser acompañado por Pardo y Colombo. A River le han hecho mucho daño por esa vía en los últimos partidos. Por eso Gallardo deberá reparar en esos detalles que resultan determinantes.
Hay un aspecto en favor de Racing que es el grado de plenitud que alcanza en los partidos de alta tensión. El equipo de Costas tiene oscilaciones en su rendimiento, pero tiene agresividad en su gen para este tipo de partidos definitorios. Por eso para River el partido no sólo alcanza el desafío de encontrar su ju