Atrás quedó la sequía de triunfos, la relevancia de estar goleada reside en asegurar la permanencia del equipo en puestos que otorgan acceso a los playoffs.
El atacante Milton Giménez atraviesa un momento inmejorable. Tras completar una primera mitad que figura entre las más destacadas de la temporada, el artillero se retiró al vestuario con una mezcla de confusión, producto de un golpe, y satisfacción por los dos goles que había convertido. Todo esto ocurrió bajo la atenta mirada de Edinson Cavani, quien observaba desde el banco de suplentes. La tercera anotación fue obra de Ayrton Costa, que aprovechó un rebote generado también por Giménez. En el inicio de la segunda parte, Brian Aguirre se encargó de marcar el cuarto tanto ante su exequipo, tras una asistencia de Lautaro Blanco, quien más tarde cerraría el marcador con el quinto y definitivo gol.
De a poco habrá que dejar atrás las referencias al Boca de Riquelme, de Russo o de Cavani, porque este equipo empieza a tener sello propio: es el Boca de Paredes. El campeón del mundo representa a la perfección la actitud de afrontar cada compromiso con seriedad, sin subestimar a ningún rival ni competición.
La jornada fue una muestra clara de poder ofensivo frente a un Newell’s replegado, justo el rasgo que el equipo había extrañado en los últimos encuentros. Los xeneizes lo evidenciaron desde el arranque, con media hora inicial de alto nivel. Ahora se viene el cruce con Barracas, esta vez sin Leandro Paredes, convocado por la selección. Aun así, la imagen de solidez y efectividad que dejó el conjunto azul y oro alimenta la confianza y el optimismo para lo que está por venir.
