Marruecos marca presencia en el denominado “grupo de la muerte”, compuesto por los campeones de cada confederación. Los jóvenes “Leones del Atlas” fueron los primeros en asegurar su pase a los octavos de final dentro de una zona que comparte con Brasil (campeón Sudamericano sub20 2025), España (campeón del europeo Sub-19 2024) y México (ganador del Premundial Concacaf Sub-20 2024).
Con apenas dos jornadas disputadas en el Mundial juvenil que se desarrolla en Chile, el conjunto africano se muestra como la gran sorpresa del certamen, por encima de lo demostrado hasta aquí por selecciones de peso como Argentina, Estados Unidos y Japón. Su juego se basa en una presión alta, transiciones veloces por las bandas y jugadores dotados de la técnica que caracteriza al fútbol marroquí.
Después de imponerse con autoridad ante España, Marruecos tuvo que resistir los minutos finales frente a Brasil. Aun así, dominó buena parte del juego frente a la “Verdeamarela”, respaldado por la seguridad de su guardameta Yanis Benchaouch (Mónaco). Nuevamente se hizo notar la dupla formada por el extremo izquierdo Gessime Yassine (Dunkerque) y el goleador Yassir Zabiri (Famalicão), quien volvió a decir presente en el marcador, tal como ya lo había hecho contra España. El primer tanto había llegado por obra del delantero derecho Othmane Maamma (Watford), que con una acrobática tijera se candidatea a poseer uno de los goles más espectaculares del certamen.
Brasil ofreció muy poco pese a presentarse como campeón de su confederación y ahora se jugará la clasificación en la última jornada frente a España. Los atacantes de Palmeiras, Erick Belé y Luighi Hanri, malograron una doble oportunidad inmejorable. Solo la entrega de su capitán, Iago Silva (Flamengo), alcanzó para maquillar el resultado, aunque lo único adicional fue un frentazo al travesaño y los diez minutos extra que concedió el árbitro.