El Inter Miami CF, liderado por Lionel Messi, conquistó su primera MLS Cup tras vencer por 3-1 al Vancouver Whitecaps FC ante un Chase Stadium colmado en Fort Lauderdale, Florida. El astro argentino fue elegido como el MVP de la temporada de la MLS, galardón presentado por Audi, gracias a su influencia decisiva en la final, donde aportó dos asistencias claves.
Más allá del brillo permanente de Messi y del retiro de históricos como Sergio Busquets y Jordi Alba, este título también representa una historia de reivindicación personal para Javier Mascherano. El ex “jefecito” pasó a ser definitivamente el “jefe”, o the boss, como se dice en el país donde logró consagrarse campeón. “Entiendo que desde que llegamos siempre hubo dudas. Era mi primera temporada como entrenador de un equipo y nunca lo escondí. No había tenido buenos resultados en selecciones juveniles y no se me venía dando. Pero encontré un grupo de jugadores que entendió nuestra manera de trabajar”, expresó tras la consagración.
Mascherano logró lo que ningún estratega de Miami había conseguido en Miami hasta ahora: levantar el Trofeo Philip F. Anschutz de la MLS Cup, el mayor reconocimiento del fútbol estadounidense. No fue solo un campeonato sostenido por la jerarquía individual, sino también por decisiones fuertes en la recta final del torneo, como apostar por Matteo Silvetti como titular por encima de Luis Suárez o modificar el arquero, con el ingreso de Rocco Ríos Novo en lugar de Óscar Ustari.
Además, Lionel Messi, Sergio Busquets y Rodrigo De Paul hicieron historia al convertirse en los primeros futbolistas campeones del mundo en ganar también la MLS Cup.
