La jornada 16 dejó en evidencia la crisis que atraviesa Millonarios FC. Tras empatar 1-1 en casa ante Atlético Bucaramanga, el conjunto bogotano quedó prácticamente fuera de la pelea por los cuadrangulares. Las matemáticas le dan vida, pero la práctica dicta que depende de un milagro para mantenerse con opciones.
El duelo arrancó con presión local, consciente de la necesidad, pero sin claridad ofensiva. El primer tiempo finalizó 0-0, y el marcador permaneció sin cambios pese a la urgencia azul. En el segundo acto, al minuto 73, Beckham Castro conectó un centro desde el saque de esquina y abrió la cuenta.
El alivio duró poco. Al minuto 86, Fabián Sambueza aprovechó un descuido inesperado en la defensa embajadora, apareció libre en el segundo palo y selló el 1-1 definitivo.
Tras el partido, el técnico Hernán Torres no ocultó su frustración: “El equipo hizo un buen primer tiempo otra vez, con buena posesión de la pelota y opciones, pero no concretamos. No nos pueden hacer un gol de saque de banda. Es triste por lo que nos estamos jugando, no le encuentro ninguna justificación”.

El regreso de Mackalister Silva a la titularidad —tras meses fuera— aportó ilusión, pero también dejó autocrítica.
“Lo que nos estamos jugando es mucho y, lastimosamente, se empaña todo el trabajo con los errores que cometemos. Tenemos que hacernos responsables absolutamente todos los jugadores por lo que estamos haciendo. Es un lío para que hagamos un gol, y cada vez que nos llegan nos están concretando. Creo que esto es culpa nuestra, de los jugadores, porque perdemos la concentración en momentos tan importantes”, expresó el mediocampista de 38 años.
Lo que viene es una montaña de finales sin margen de error. Millonarios tiene que ganar todo lo que resta (12 puntos), y aún así dependerá de tropiezos ajenos. El próximo partido será contra su clásico rival el Santa Fe, el sábado 25 de octubre en el Campín.