Por los cuartos de final de la Copa Argentina, Racing y River definirán quién continúa en este torneo federal que recorre todos los rincones del país. La situación actual de ambos equipos permite anticipar que una eliminación no tendría el mismo impacto para los dirigidos por Costas que para el club de Núñez, que desde el regreso de su entrenador atraviesa el momento más álgido de su proceso.
Este jueves, en el Gigante de Arroyito, se enfrentarán por un pasaje a semifinales, ronda en la que ya espera Independiente Rivadavia. El choque tendrá un condimento especial por el caso de Maximiliano Salas, quien se marchó de Avellaneda luego de que River interviniera y activara su cláusula de rescisión soltando ocho millones de euros en la mesa.
El equipo de Racing llega al cruce con el recuerdo fresco del Clásico de Avellaneda, un encuentro en el que dejó mucho que desear y en el que bien pudo haber cedido los tres puntos la última jugada. Pero la proximidad del duelo cumbre por la Copa Libertadores ante Flamengo es un factor que desvía la atención de las falencias del equipo. Con el once inicial ya resuelto, Costas afronta el partido con el reingreso de Marcos Rojo, cuya participación está limitada a esta competencia, y la esperanza de contar nuevamente con Solari.
Sin la Copa Libertadores como horizonte, River Plate está obligado a concentrarse en los torneos locales. Por consiguiente, necesita superar a Racing para demostrar personalidad y mantener viva su participación en la Copa Argentina. Varios jugadores tendrán la chance de mejorar su reputación, gravemente dañada durante los recientes partidos del "Millonario". Tras el descalabro en casa ante Riestra , un acontecimiento tildado de "papelón" por hinchas y medios partidarios, el equipo de la banda afronta otro encuentro crucial. Como es costumbre, las dudas del técnico vuelven a recaer sobre los volantes.