Hace menos de un mes era el equipo con más posibilidades numéricas de ganar el clausura. Estaba a dos puntos de Universitario de Deportes pero tenía dos partidos menos que los de Ate. Había derrotado a Cristal y a Ayacucho de forma consecutiva, se mantenía invicto y le tocaba jugar de local contra ADT. Hoy, solo 25 días después, se encuentra siete unidades debajo de los merengues con la misma cantidad de partidos jugados. ¿Qué pasó con Cusco F.C. en las últimas tres semanas?
Los dirigidos por Miguel Rondelli después de esa etapa de bonanza de puntos (19 de 21 en el inicio del torneo) entraron en un bache que parece no tienen cómo superar. Jugaron cinco encuentros en los últimos 24 días, ganaron solo uno, perdieron tres y empataron uno que fue justamente el de ayer contra Comerciantes Unidos en Cusco.
El plantel corto, el desgaste físico sufrido en la seguidilla, la lesión de su goleador Facundo Callejo que ayer ingresó desde el banco, pero tuvo que ser cambiado en menos de treinta minutos, son algunos de los motivos que pueden explicar la caída del cuadro imperial.
La presión externa por objetivos que no tenían que ver con ellos, al parecer, fue también un factor que no se pudo manejar en la interna del club. De interesarle sus resultados únicamente a los no tantos seguidores que tiene en su ciudad, pasó a ser la esperanza de los hinchas de otros cuadros de la capital que por el formato del torneo, necesitaban que los de Rondelli ganen el Clausura para tener chances de jugar semifinales a fin de año.
Lamentablemente para los cusqueños, no pudieron romper la barrera que significa pasar de ser un equipo animador a uno protagonista del campeonato.
