Racing: cuando la pasión no alcanza

Duván Vergara entró y entusiasmó, pero apenas un rato, como es usual; Guillermo Varela exigió en el primer tiempo a Facundo Cambeses con un remate. (Foto: Gonzalo Colini - La Nación)

Faltante de fútbol, sobrante de pasión. Más allá de un marcador global ajustado, la diferencia en cuanto a juego, funcionamiento y jerarquía individual fue mucho más amplia de lo que reflejó el resultado. También se evidenció una gran distancia en los cambios: los relevos que ingresaban en Flamengo como en Racing, tanto en la ida como en la vuelta, dejaron claro que el conjunto carioca incluso pudo sostenerse con diez hombres durante el segundo tiempo en Avellaneda.

De todas formas, Racing dispuso de esa oportunidad final que suele tener. Porque Flamengo, aunque sea superior en todos los aspectos controla, domina, propone, permite ciertas licencias para jugar. Esos momentos no fueron aprovechados por el conjunto argentino, cuyo nivel se resumió en dos acciones puntuales: el cabezazo de Tomás Conechny en la etapa inicial y la llegada de Luciano Vietto sobre el cierre, que pudo haber llevado la serie a los penales.

Sin embargo, no siempre el plan “a lo Racing” resulta efectivo: pelotazos largos, dependencia de los delanteros en los duelos individuales, mediocampistas que deben llegar al área y el factor emocional, la gente, la pasión, el fervor, los fuegos artificiales y el aparato mediático que, esta vez, no alcanzaron para equiparar a un mengao de jerarquía superior. En el siglo pasado, el desgaste o el peso histórico hubiesen equilibrado un poco más el desarrollo.

Los de Avellaneda nunca lograron asentarse en el encuentro. En la primera mitad, Facundo Cambeses evitó en dos ocasiones lo que pudo ser la ventaja para los cariocas; y en la segunda parte, frente a un rival con un jugador menos, el equipo de Costas no encontró las vías para imponerse. La postal final fue elocuente: del mediocampo hacia adelante, Racing no mostró la jerarquía ni el nivel necesarios para disputar una semifinal de Copa.

El mercado de pases tampoco estuvo a la altura de un campeón de Copa Sudamericana que se presentaba a competir en la Libertadores. Una gestión improvisada tras la intempestiva salida de Maxi Salas, sumada a las ausencias importantes de Franco Pardo y Santiago Sosa, dejaron en evidencia un plantel con escasos recursos en los recambios determinantes.