Racing se sacó la espina de la semifinal de la Copa Libertadores y se metió en la final del Torneo Clausura tras bajar a Boca Juniors en una Bombonera caliente, en el clásico Betsson. Otro capítulo de este Racing de Costas que, por momentos, jugó como aquel equipo que se coronó en la Sudamericana 2024. La Academia ya tiene pasaje al partido decisivo del sábado en el Madre de Ciudades, en Santiago del Estero, y espera rival del clásico platense.
El equipo de Costas supo leer el partido, manejó los tiempos con inteligencia, ajustó las líneas en el segundo tiempo y terminó justificando la victoria con juego y personalidad. Todo sostenido por una actuación gigante de Adrián “Maravilla” Martínez: después de meter el penal decisivo ante Tigre, volvió a sacarse la mufa con un gol en la Bombonera. Fue una muestra de carácter y también del respaldo de Costas en una racha brava de más de 800 minutos sin convertir.
Del otro lado, la caída deja a Úbeda contra las cuerdas. El DT mostró pasividad, decisiones erradas y un cambio que va a dar que hablar por mucho tiempo: sacó al Changuito Zeballos, el más desequilibrante, para mandar a la cancha a Velazco, un jugador sin ritmo tras dos meses de inactividad. Para colmo, solo hizo dos variantes mientras Boca se quedaba afuera y dejó en el banco a pesos pesados como Edinson Cavani y Ander Herrera. Quedan demasiadas preguntas: por qué no entraron, en qué estado están y por qué Boca volvió a mostrar una imagen pálida, como ya había pasado frente a Argentinos Juniors.
