El PSG de Luis Enrique se llevó su primera Copa Intercontinental y cerró la temporada con seis títulos: pudo haber sido sextuplete, pero el Mundial de Clubes le bajó la persiana a esa chance. La final fue áspera, larga y pareja: 1-1 en los 120 minutos y, en los penales, los parisinos se impusieron 2-1 con un héroe inesperado, el ruso Matvey Safonov.
El arquero —suplente de Lucas Chevalier, tocado físicamente— se convirtió en figura al contener cuatro de los cinco remates que le ejecutaron. Dicho de otra forma: Flamengo erró cuatro penales, una secuencia que trajo a la memoria aquella definición de Boca ante Once Caldas en la Libertadores 2004.
Ni siquiera el gol inicial del PSG desarmó a los brasileños. Kvaratskhelia puso el 1-0 a los 38 tras una mala salida de Rossi, pero Flamengo respondió con carácter y llegó al empate por un penal discutido, que Jorginho cambió por gol a los 62. Después mantuvo el orden, aunque el desgaste se notó: la diferencia de calendario pesó, con los cariocas arribando a la final con 75 partidos encima, mientras el PSG transita la mitad de su campaña.
En la tanda, Dembélé —Balón de Oro y también The Best— tuvo el tiro para marcar diferencias, pero la tiró por arriba. El “Mosquito” entró desde el banco por molestias que arrastra desde el cierre de la temporada pasada, al igual que Achraf Hakimi. En cambio Désiré Doué volvió a dejar señales de crecimiento desde su regreso.
En conjunto, el PSG confirmó su salto: un equipo con identidad, juego asociado y vistoso. Otra vez Europa marcó la cancha frente a Sudamérica: se vio en el primer tiempo, cuando los franceses fueron superiores, y también en esa sensación de que por momentos administraron el ritmo.
