Sergio Ramos, capitán del Monterrey terminó siendo el villano de la película.
El estadio Nemesio Diez fue escenario de una noche llena de goles en la Liga MX, marcada por un episodio que cambió por completo el rumbo del partido.
Corría el minuto 19, cuando Rayados disponía de un penal que podía significar el 2-0, Ramos decidió ejecutar la pena máxima con un disparo estilo Panenka, buscando sorprender al portero rival Hugo González.
La jugada que pudo haber sido un golazo de antología, terminó en frustración y desconcierto para Sergio Ramos y su equipo. A partir de ese instante, el partido cambió de dueño.
Toluca reaccionó y aprovechó la desconcentración de los regiomontanos para iniciar la remontada. Primero fue Jesús Ángulo quien marcó el empate, luego Paulinho anotó un triplete, seguido de un doblete de Nico Castro para dar vuelta al marcador y sentenciar la goleada 6-2.
La derrota dejó a Monterrey con más dudas que certezas, especialmente por la falta de contundencia.
Para Ramos, en tanto, quedó la amarga sensación de haber desperdiciado una ocasión decisiva que pudo encaminar la victoria. Su intento de lucir terminó costando caro a su equipo, mientras Toluca celebró con su afición un triunfo que refuerza la corona de campeón.
