A la Selección Argentina el sorteo le dejó un panorama, al menos en los papeles, bastante amigable: el Grupo J asoma más cercano a una agenda de amistosos exigentes que a una zona de alto riesgo competitivo. La acción se desarrollará en el Heartland de los Estados Unidos y el debut será frente a Argelia. Los llamados Zorros del Desierto están conducidos por Vladimir Petković, un nombre conocido para Lionel Scaloni, que lo tuvo como entrenador en el cierre de su carrera en la Lazio. El conjunto africano, además, tiene jerarquía individual con futbolistas como Riyad Mahrez (Al-Ahli, ex Manchester City) e Ismaël Bennacer (Dinamo Zagreb, ex Milan).
La segunda prueba será ante Austria, un rival europeo con una impronta bien marcada por su técnico, Ralf Rangnick, uno de los mentores del exitoso modelo RB Leipzig, basado en presión, intensidad y verticalidad. En su plantel aparecen piezas importantes como Konrad Laimer (Bayern Múnich) y Marcel Sabitzer (Borussia Dortmund), además de referentes de experiencia como David Alaba (Real Madrid) y Marko Arnautović (Estrella Roja). El cierre del grupo será ante el debutante y todavía desconocido Jordania.
No hay margen para el cálculo: terminar primero aparece como un objetivo casi obligatorio para la Albiceleste, ya que ese lugar la cruzaría con el segundo del Grupo H, donde España y Uruguay asoman como los grandes candidatos a meterse en los dieciseisavos de final. Del camino allanado en la fase inicial a un terreno mucho más espinoso en los cruces mano a mano.
Desde el lado español, su entrenador Luis de la Fuente fue claro: “Más allá de los rivales, tenemos la obligación de dar lo mejor como equipo”. Sin perder su habitual serenidad, el DT definió el grupo como “accesible”. De todos modos, en el ambiente ibérico también genera inquietud la posibilidad de enfrentar a Uruguay en la última fecha y que un tropiezo en ese cierre pueda desembocar en un cruce anticipado con el campeón del mundo en una ronda temprana y brava.
